La restricción en el gasto público y la acumulación de reservas son claves para equilibrar la situación del país. El equilibrio fiscal es la base del programa y todo parece indicar que Caputo seguirá sentado encima de la “caja”.

¿Qué pasará con el cepo?

¿Cuántos dólares se necesitan para que la Argentina convierta al cepo en parte de una triste historia? En general, las consultoras coinciden en que el Gobierno requerirá no menos de $ 15.000 millones para abandonar el mundo de las restricciones cambiarias. Pero para levantar rápidamente los controles cambiarios, impulsar una recuperación del Producto Bruto Interno (PBI) en forma de “V” y profundizar la desinflación extendiendo el “crawling” al 2% mensual, el Banco Central necesitará contar con reservas suficientes con el objetivo de sostener una mayor demanda de divisas (importaciones, giro de utilidades y formación de activos externos), señala un reporte elaborado por Equilibra, Centro de Estudios Económicos. ¿Cuántas divisas podrían ingresar en un escenario optimista? Según el diagnóstico privado, en el mejor de los casos, faltarían alrededor de U$S 4.000 millones adicionales para que el stock de reservas netas vuelva a niveles de normalidad. “En este escenario, sería aún muy complejo levantar el cepo, contener la inflación y lograr un fuerte repunte de la actividad. Se necesitan más dólares”, advierte.

Según Equilibra, esto no significa que la actual administración no logrará eliminar las restricciones cambiarias, pero sí que necesitaría de al menos de aquellos U$S 15.000 millones adicionales para recomponer las reservas netas y garantizarse, así, que una salida rápida del cepo sea exitosa.

¿Se mantiene el superávit?

Javier Milei conoce bien el mecanismo de las expectativas de los agentes y se encargó de dejarlas lo suficientemente bajas, como para que cualquier tropiezo no repercutiera negativamente en el plan económico. De esta manera, el Gobierno ahora luce con orgullo las mejoras de muchas variables macroeconómicas, aunque anticipa que la tarea no está terminada, plantea GMA Capital. El reacomodamiento de los precios relativos, la desaceleración de la inflación y la reducción de la cantidad real de dinero. Estos aspectos entusiasman a los inversores. Sin embargo, hay dos variables claves que definitivamente enamoran al mercado: la consolidación fiscal y la recomposición de reservas.

Enero y febrero fueron meses positivos para las arcas del Estado, con resultados primarios de $ 2,01 billones y $1,23 billones respectivamente. En ambos meses el superávit logró ser tal que, descontando el pago de los intereses, el resultado financiero superó el umbral negativo al que estaba acostumbrado por al menos 32 meses (mayo de 2021). Así el primer bimestre del año permitió que el Tesoro capitalizara $ 856.520 millones. Además, el plan de canje de títulos por más de $ 42 billones logró mejorar el perfil de vencimientos en el corto plazo de la deuda en pesos. Esta dinámica, sumada a la estrategia del Ministerio de Economía de licitar instrumentos que no devengan intereses, es otro compromiso por menguar los resultados negativos en los próximos meses.

Pero no todo es color de rosas, advierten los economistas Nery Persichini y Mateo Carrasco. En un contexto recesivo y con una consolidación fiscal que se sustenta más en el recorte del gasto que en la suba de ingresos, la pregunta que surge del mercado es acertada: ¿qué tan sostenible es este plan fiscal? Como si fuera poco, los impuestos que lograron compensar parte de la caída de los ingresos reales son tributos con fundamentos “transitorios”. Se trata del impuesto PAIS y de las retenciones a las exportaciones que dependen o del cepo o de la cada vez más erosionada competitividad del peso. Para despejar las dudas, desde el Gobierno aseguran que el compromiso fiscal es inquebrantable. Y lo hacen notar en cada comunicado de prensa oficial. Por caso, el asesor Federico Sturzenegger en los medios destacó la obsesión del presidente Milei por el equilibrio fiscal, mientras que el ministro Luis Caputo demuestra estar “sentado” sobre la caja del Tesoro, observan en GMA.

¿Disminuirá la inflación?

La inflación de este mes repetiría el resultado alcanzado en marzo: rondaría el 13%. En el Gobierno nacional, no obstante, creen que el proceso de desaceleración está en marcha y que, conversaciones mediante con los formadores de precios del sector alimenticio, la inflación puede reducirse aun más y, de esa manera, contener los incrementos sectoriales que se están observando en las góndolas. La caída de la actividad y del consumo en particular contribuye al objetivo oficial. Las ventas se desplomaron y los empresarios tratan de sostener el negocio en base a menor rentabilidad hasta tanto pase la tormenta inflacionaria. Pero, ¿cuánto le demandará a la Argentina volver a un escenario de un dígito de inflación mensual hasta alcanzar una tasa que sea considerada normal? El Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), elaborado por el Banco Central en base a las estimaciones de consultoras y analistas privados, da cuenta que ese proceso se observará a partir de junio, con un índice proyectado del 8,5%, lo que marcaría una tendencia para el resto del año.

Mientras tanto, la sociedad va cambiando sus hábitos de consumo. Según un sondeo realizado por Kantar, el 51% de los encuestados declaró haber dejado de comprar sus marcas preferidas para cambiarlas por otras más económicas mientras que el 52% afirmó haber optado por otras categorías más económicas en lugar de los productos que habitualmente consumía.